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Mitología y religión en el mundo nórdico. Parte 4 – Historia y Poder

Mitología y religión en el mundo nórdico. Parte 4

Antes de comenzar a hablar de la descendencia más destructiva de Loki en la mitología nórdica, es necesario mencionar que este dios tuvo dos hijos más con la diosa Aesir Sigyn (amiga de la victoria), cuyos nombres son Narfi o Nari (opresivo o estrecho) y Váli, siendo estos hermanastros de Fenrir, Jörmundgander y Hel, quienes serán los protagonistas de los mitos que presentaremos a continuación.

Sigyn (amiga de la victoria)
Váli
Narfi o Nari (opresivo o estrecho)

Fenrir el lobo

Fenrir es hijo de Loki y la gigante Angerboda (la que trae pesar) al igual que Jörmundgander y Hel, siendo una de las fuerzas más peligrosas de la mitología nórdica. Su existencia no pasó desapercibida para los dioses Aesir por mucho tiempo, debido a que estos se enteraron de que aquel monstruo estaba siendo educado en Jötunheim, tras haber recurrido a rituales de adivinación que les advirtieron del peligro que corrían a causa de los tres hijos de Loki. Hay que tener en cuenta que para los dioses el que estos seres nacieran de dos padres tan particulares era demasiado preocupante, puesto que su padre era el dios del engaño y la maldad, mientras que el nombre de su madre auguraba por sí mismo desastres. Ahora bien, Fenrir tendría dos hijos en el futuro, Skol y Hati, los cuales se dedicarían a perseguir al Sol y la Luna hasta el Ragnarok, momento en que los devorarán y harán que el tiempo desaparezca.

Por esta razón, Odín decidió enviar a los dioses a buscar y trasladar a los hijos de Loki a diferentes lugares: Jörmundgander fue arrojada al mar de Midgard por Thor donde crecería hasta cubrir todo el mundo y morderse la cola, Hel fue confinada en Helheim el reino de la muerte donde aquellos que morían por enfermedad o vejez llegaban tras su muerte, mientras que a Fenrir se le permitió vivir en Asgard hasta que su tamaño intimidó a los dioses y decidieron encadenarlo. En este orden de ideas, Fenrir fue criado entre los dioses aunque la mayoría de ellos le temían tanto que ni siquiera se atrevían a alimentarlo. El único con la suficiente valentía para acercarse cómodamente a Fenrir era Tyr, quien se encargaba de alimentarlo y cubrir algunas de sus necesidades.

Fenrir y sus hermanos
Fenrir y Tyr

Ahora bien, el hecho de que Fenrir creciera día a día y que la profecía que habían escuchado los dioses advertía que su participación en el Ragnarok sería crucial, llevó a los dioses a idear un plan para inmovilizarlo para intentar contener su enorme poder. Para ello forjaron una cadena de hierro llamada Leding, proponiéndole a Fenrir un desafío de fuerza que consistiría en romper la cadena solo con su propia fortaleza. Este ansioso de comprobar su valía aceptó ser amarrado y procedió a romper la cadena con gran facilidad, obligando a los dioses a construir una cadena el doble de resistente a la que nombraron Drome. Los dioses volvieron a repetir el engaño, prometiendo a Fenrir gloria si lograba romper la nueva cadena. Fenrir consiente de que esta cadena era mucho más fuerte y por tanto sería un mayor desafío, optó por confiar en el aumento de su propia fuerza desde la ruptura de Leding, tomando el riesgo de ser encadenado pues desde su perspectiva nunca seria famoso si no tomaba algunos riesgos. Luego de unos momentos en los que Fenrir rodó, se estiró y jaló sus ataduras, el lobo consiguió romper la nueva cadena en pedazos sin demasiada dificultad.

Fenrir rompe las cadenas Leding y Drome

Aquello exasperó a los dioses que no sabían que otra cosa hacer para atrapar a Fenrir, por lo que Odín envió a un mensajero de Frey llamado Skirnir (el brillante) hasta Svartálfaheim, con la misión de que hablara con los elfos oscuros y les pidiera que forjaran una cadena irrompible. Para esta tarea Frey le daría a su sirviente su espada, decisión que sería determinante para su muerte durante la guerra que se libraría en el Ragnarok a manos del gigante Surt. Ahora bien, los elfos oscuros forjaron una majestuosa cadena llamada Gleipnir, usando seis elementos imposibles: el ruido de un gato al caminar, la barba de una mujer, las raíces de una montaña, los nervios de un oso, la respiración de un pez y la saliva de los pájaros, lo cual sin embargo es presentado en la Edda como una historia completamente verídica. Pese a lo improbable de los elementos usados para elaborar a Gleipnir, los dioses obtuvieron lo que buscaban y se apresuraron a llevar a Fenrir al lago Ámsvartnir, específicamente a una isla rocosa de nombre Lyngvi, para llevar a cabo su plan maestro para encadenarlo. Una vez allí, los dioses le mostraron a Fenrir un delgado hilo que ellos no podían romper aun recurriendo a toda su fuerza, diciéndole al lobo que él sería el único ser capaz de romperlo.

Fenrir pensó que destrozar un hilo tan delgado no serían ningún desafío, pero inmediatamente sospechó de que esto podía tratarse de una trampa, cuestión que obligó a los dioses a tratar de bajar su guardia diciendo que si lograba romper el hilo estaría libre por sí mismo y en caso de que no lograra, demostraría que no era una amenaza para los dioses y sería liberado sin ningún problema. Fenrir que aun sospechaba de la situación pero que no quería pasar por cobarde, dijo que aceptaría ser amarrado con el hilo siempre y cuando uno de los dioses pusiera su mano en su hocico, siendo esta una garantía de que no sería traicionado por los dioses en caso de que no fuera capaz de romper el hilo.

Los dioses afectados por esta petición se miraron entre ellos y ninguno se ofreció como voluntario para tal tarea, esto duró hasta que Tyr decidió valientemente ingresar su mano en el hocico de Fenrir, sabiendo que inevitablemente terminaría por perder su brazo cuando la trampa se revelara. Una vez completada esta condición los dioses procedieron a atar a Fenrir, empezando este una lucha infructuosa por su libertad, la cual no recuperaría hasta la llegada del Ragnarok. Tras comprobar que Fenrir no sería capaz de romper el hilo, lo dioses se apresuraron a complementar la atadura con otra cadena llamada Gelgja, atándola a dos enormes rocas llamadas Gjol y Thvite que enterraron profundamente en la tierra. Para finalizar la faena, los dioses colocaron una espada en la boca abierta de Fenrir, con el fin de que el puño de la espada quedara fijado a la mandíbula inferior y la punta al paladar.

Pero porque los dioses no optaron por matar a Fenrir si sabían todos los males que este les traería en el futuro, la respuesta es que debido a la santidad del lugar donde estaban no deseaban mancharlo de sangre. Además, Fenrir representa el fuego terrestre encadenado por los humanos, el cual en las condiciones adecuadas alumbra y mantiene vivo un hogar, pero que en caso de liberarse termina por devorarlo todo como un lobo hambriento que entra en la morada de los humanos. Así, por más peligroso que resulte el fuego cuando es liberado por las fuerzas de la naturaleza o las decisiones humanas, nadie propondría eliminarlo por completo de nuestras sociedades, puesto que el fuego es parte integral de nuestra cotidianidad y posibilita nuestro avance como humanidad. En pocas palabras, al igual que con el fuego, nadie se atrevería a destruir por completo al lobo Fenrir pues este tiene un papel que cumplir en la historia de la mitología nórdica.

Fenrir es atado por los dioses

Jörmundgander o la serpiente Midgard

Tal y como hemos dicho en otras partes de este y algunos de los anteriores artículos, Jörmundgander es una enorme serpiente que rodea la tierra de los humanos (Midgard), siendo una representación del enorme mar tumultuoso. Su principal enemigo hasta el Ragnarok es el dios Thor, quien se encontraría con ella en repetidas ocasiones a lo largo del presente mítico, incluyendo una vez donde el Aesir fue engañado para que intentara levantar un enorme gato que en realidad era la serpiente del mundo. En otra ocasión, cuando Thor estaba intentando conseguir un gran caldero de parte del gigante Hymir, este fue invitado a pescar con el objetivo de llevar más comida para el banquete en que participaba. Así, durante este episodio Thor lograría enganchar a Jörmundgander, estando a punto de matarla de no ser por la intervención del gigante Hymir que cortó la cuerda de la caña de Thor, al temer que su barco terminara siendo volcado.

Como vemos, Jörmundgander está vinculada con la precipitación incontrolable del mar sobre los barcos y la tierra, la cual complementa su tremendo poder físico con la posibilidad de arrojar un peligroso veneno capaz de matar incluso a los dioses. Con esto en mente, los Aesir decidieron encadenar a la serpiente en la tierra de los humanos, donde fue arrojada a fin de alejarla de Asgard y las fuerzas de Jötunheim, pero su tamaño sería tan colosal que en poco tiempo rodearía la tierra y comenzaría a comerse a sí misma al morder su cola. Algo particular de esta historia es que fue la base para el símbolo griego de ouroboros, convirtiéndose en una representación del ciclo infinito de destrucción y creación de los nueve mundos. A su vez, al comerse a sí misma durante tanto tiempo, Jörmundgander obtuvo el poder de la videncia pudiendo ver con ello el momento de su nacimiento y su muerte, junto a múltiples conocimientos acerca del futuro y el pasado del mundo. Aquello convirtió a Jörmundgander en uno de los seres más sabios de la mitología nórdica, pero que debido a su castigo debe espera pacientemente su oportunidad para vengarse de los dioses durante el Ragnarok.

Pesca de la Serpiente del mundo Jörmundgander

Ouroboros

Hel y el mundo de los muertos indignos en la mitología nórdica

Hel es la diosa o gigante (no está muy claro su naturaleza) encargada de controlar el mundo de los muertos indignos en la mitología nórdica, teniendo su reino en las profundidades del Niflheim en un lugar llamado Helheim, ubicado bajo una de las raíces de Yggdrasil. Para llegar a su morada existe un largo camino denominado Helway, el cual se dirige siempre hacia el norte y puede recorrerse en aproximadamente nueve días y nueve noches si se cuenta con un caballo como Slepnir. 

Sin embargo, factores como ser bueno o malo no te condenan necesariamente a ir a Hel, puesto que Balder el dios más bondadoso del panteón nórdico, terminó en Helheim después de ser asesinado por su hermano Hoor. Las posesiones de Hel no son menos llamativas que la labor que cumple, pues su palacio se llama Angustia, su mesa Hambre, sus sirvientes Lentitud y Retraso, su umbral Precipicio y su cama Preocupación. Además, Hel posee un caballo de tres patas llamado Helhest (caballo de los infiernos), considerado un caballo fantasma montado por la Muerte que anuncia la enfermedad, los accidentes y sobre todo los decesos. Un dato curioso de la articulación de esta diosa al folclore de Noruega, ocurrió en el siglo XIV durante los brotes de Peste Negra que asolaban Europa. En este periodo se creía que la muerte de los enfermos venía de la mano de una vieja hechicera identificada con Hel, la cual recorría el país de parroquia en parroquia con una rastrillo o una escoba, llevándose a las personas enfermas a las entrañas de su reino.

Por otro lado, si bien la creencia en Hel nos demuestra que los nórdicos tenían una consistente creencia en la inmortalidad del alma, lo que no está para nada claro es como se establecía el camino que tocaba a cada persona después de la muerte. En primera instancia la discusión sería sencilla, los guerreros valerosos irían al Valhalla y los enfermos y viejos a Helheim, pero esta afirmación no es del todo cierta según nos lo indican las fuentes. En este sentido, si bien si existían nórdicos para los que lo único que tenía mérito y sentido eran las hazañas militares, lo cierto es que en la mitología odínica se consideran un conjunto de valores alternativos para tener acceso al Valhalla, los cuales no excluyen o menosprecian la valentía como eje central de las sociedades nórdicas.

Para explicar un poco todo esto, tenemos que devolvernos al pasado cercado de la mitología nórdica, donde se nos explica que el espíritu de los humanos fue un don otorgado a estos por Odín, mientras que su cuerpo, sangre y belleza fue un don regalado por Vé, quien más tarde se separaría de la triada de Odín, Vile y Vé, para convertirse en el dios del engaño Loki. Esto es importante porque el alma era para los nórdicos la parte corporal más pulida y delicada, destinada a llegar a la morada de los dioses, mientras que el cuerpo al ser materia terrenal imperfecta iba hacia Hel. Se podría decir pues que la esencia de los humanos era repartida entre Odín y Hel, por lo que la causa de la muerte era solo un aliciente para que uno de los dos reclamara con mayor presteza su parte del cuerpo y el alma humana.

Helheim
Hel
Helhest

En el caso de los muertos en batalla, Odín se apresuraba a reclamarlos para su lucha en el Ragnarok, pero aun si una persona había muerto como un excelente guerrero, factores como la brujería, la blasfemia, la bajeza y el vicio podían negarle la entrada al Valhalla. La virtud era pues también un importante valor para el mundo nórdico, puesto que pese a que un ser humano no encontrara su muerte por las armas, si había vivido de manera virtuosa podía llegar al Valhalla, a Vingolf o a Fólkvangr. Un ejemplo de esto era la creencia de que las esposas pertenecientes a la nobleza podían llegar al cielo para habitar con Freya, lo mismo ocurría con las doncellas que tenían su lugar con la diosa dadora Gefjun.

En pocas palabras, tras la muerte de los humanos Odín y Hel reclamaban su parte en proporciones que atendían al tipo de vida que estos habían llevado, pudiendo los humanos virtuosos y valientes llevar la mejor parte de su corporeidad al cielo, mientras que Hel solo se quedaría en su caso con el polvo de sus cuerpos. Por su parte, si un humano cuya vida estuvo marcada por la maldad y la bajeza moría, inmediatamente era desterrado del cielo y condenado a ser presa de Hel, hundiéndose como polvo en el abismo de Helheim. Parte de esta creencia se puede observar en la misma figura de Hel, presentada como una mujer cuya piel es mitad blanca y mitad azul pálida, siendo esta una referencia a que quienes caían en sus manos nunca conocerían la luz brillante y liberalizadora que estaba reservada solo para los más virtuosos y valientes.

Por otro lado, un caso donde los muertos no iban directamente al Valhalla o a Hel era el de los fallecidos por ahogamiento, en estos casos los cuerpos de los muertos estaban destinados a reposar en la morada de Ran diosa de los mares, quien excluía a Hel de su parte, mientras que su alma ascendía al cielo. Los esclavos tendrían también un destino particular, pues al morir llegaban a los aposentos de Thor, debido a que sus espíritus no tenían el poder suficiente para ascender a los lugares reservados para los héroes valientes que habían nacido en libertad, dinámica que los condenaba a quedarse a medio camino del cielo. Al menos en parte, esto explica que muchos esclavos se arrojaran vivos a las piras funerarias de sus amos, puesto que deseaban continuar sirviéndoles después de la muerte en el cielo. Hay que recordar que para los nórdicos la otra vida no era más que una continuación de la vida terrestre, razón por la cual tenían la costumbre de enterrar a las personas con la mejor parte de su propiedad y objetos de primera necesidad, poniendo incluso una moneda bajo su lengua para que pudieran asumir los primeros gastos del viaje que estaban por emprender.

Loki y la muerte de Balder

Balder era considerado el dios más amado de la mitología nórdica, siendo conocido como Balder el Bueno, debido a su papel como benefactor para los dioses y humanos. No obstante, Balder siempre había tenido sueños que presagiaban desastres para sí mismo y para los dioses, dichos sueños llegaron a ser tan acuciantes que el dios decidió compartirlos con las demás deidades, las cuales convocaron un consejo para saber qué medidas deberían tomar para garantizar la seguridad de Balder. En esta reunión los dioses acordaron que Frigg la madre de Balder (que como hemos dicho antes puede ser la misma figura que Freya), se dirigiera a todos los elementos animados e inanimados del universo, con el objetivo de que estos juraran que bajo ninguna circunstancia harían daño a Balder.

Frigg atendiendo a lo anteriormente dicho se aseguró de visitar a todas las cosas que habitaban los nueve mundos, aceptando todos el juramento de no dañar a su hijo. Esto le dio a Balder inmortalidad e invulnerabilidad, la cual los dioses decidieron poner a pruebas arrojándole flechas y todo tipo de objetos que demostraron que ya no podían herir o asesinar a este dios. Tal fue el impacto que esto causó en los dioses que arrojarle objetos a Balder se volvió una tradición entre ellos, situación que lejos de incomodar a Balder lo hacía sentir honrado. Así, durante una de las sesiones donde los dioses disfrutaban alegremente de comprobar la invulnerabilidad de Balder, Loki se sintió muy enojado y celoso, sentimientos que lo llevaron a convertirse en una anciana y visitar la morada de Frigg, con la esperanza de encontrar alguna debilidad en la protección que cubría a Balder.

Una vez reunido con Frigg, Loki en su forma de anciana le comentó acerca de lo que hacían los dioses con Balder, a lo que la diosa respondió que no le preocupaba para nada puesto que ningún objeto, elemento o criatura de la naturaleza podía siquiera pensar en dañar a su hijo. Al oír esto Loki continuó preguntando a Frigg si estaba segura de que todo lo que existía había aceptado realizar el juramento de no dañar a Balder, estableciendo un largo diálogo que hizo que la diosa se confiara y decidiera confesar que solo una planta no había sido participe del pacto. De esa forma Loki se enteró de que la planta de muérdago blanco no había prometido nada a Frigg, puesto que esta consideró que al ser una criatura tan joven e inocente para entonces, era imposible que pudiera causar algún daño a Balder.

Con esta información Loki se dirigió al oriente del Valhalla donde crecían las plantas de muérdago blanco, arrancando una rama con la que fabricaría una flecha que posteriormente llevó al lugar donde los dioses disfrutaban golpeando a Balder. Desde este punto de la historia la maldad de Loki sale a relucir al aprovecharse de Höör, el hermano ciego de Balder, debido a que este era el único dios que no participaba de la actividad que se estaba llevando a cabo, dado que no poseía ningún arma y tampoco podía ver en qué lugar estaba Balder. Loki vio una oportunidad en esto, por lo que ofreció a Höör un arco con sus respectivas flechas y su servicio como guía para que pudiera acertar a Balder aunque no pudiera verlo.

Loki y el muérdago
Loki y Höör

Llegado su turno, Höör lanzó con todas sus fuerzas la flecha acertando en el cuerpo de Balder, quien cayó al instante desplomado debido a que la flecha hecha de muérdago perforó su cuerpo sin ningún problema. Los dioses enfurecidos descargaron su ira en Höör por haber arrojado el objeto que asesinó a Balder, más una vez que su ira se aplacó convocaron a una asamblea para ver que opciones tenían. En esta reunión, Frigg pidió que algún valiente dios emprendiera un viaje hacia Helheim para recuperar a su hijo Balder, aunque ningún dios se ofreció como voluntario en un inicio para tan difícil tarea. Al final, sería Hermod uno de los hijos de Odín quien emprendería el largo camino hasta el castillo de Hel, en un intento de convencer a la diosa de los muertos de que le permitiera llevarse el cuerpo de Balder.

Para esta tarea Odín prestó a Hermod su caballo Sleipnir que era reconocido por ser el más rápido de los nueve mundos, el cual lo llevaría durante nueve días por el camino que llevaba a la residencia de Hel. Mientras tanto los dioses comenzaron los preparativos para el ritual funerario de Balder, buscando usar el barco más grande que jamás se había construido llamado Hringhorni, para crear una pira funeraria digna del dios más querido de Asgard. No obstante, los dioses no fueron capaces de mover el barco, por lo que solicitaron ayuda a los gigantes de Jötunheim, acudiendo al lugar una gigante de nombre Hyrrokkin que sí logró poner en el agua el gran barco.

A pesar de su inmensa ayuda Hyrrokkin tendría un cruel destino a manos de Thor, quien segado por su dolor e ira, atacó sin previo aviso a la gigante con un golpe mortal de su martillo. Esto molestó a varios de los dioses que reprocharon el comportamiento de Thor, sin embargo, dadas las circunstancias se concentraron en continuar con el funeral de Balder. Así, el cuerpo de Balder fue puesto en el barco según lo indicaba la tradición, sumándose a él su esposa Nanna, la cual deseaba acompañar a su marido en la muerte. Siguiendo su deseo, los dioses colocaron el cuerpo de Nanna junto a Balder en la pira funeraria, siendo Thor el encargado de encenderla para que se pudiera dar inicio al funeral. Una vez encendida la pira, un enano llamado Lit que para su desgracia había elegido saltar en los alrededores del barco, fue arrojado vivo al barco en llamas uniéndose a los objetos que habían dejado los dioses como regalo para Balder. Algunos de estos objetos eran el anillo de Odín Draupnir, junto al caballo, armas y diversas posesiones personales de Balder.

Muerte de Balder
Hermod y Sleipnir camino a Hel
Balder y Nanna en el barco Hringhorni
Hyrrokkin

Volviendo a la historia de Hermod, luego de un largo trayecto por fin logró llegar al palacio de Hel donde se encontró con su hermano Balder que ya lo estaba esperando, no obstante, tendría que aguardar hasta el día siguiente para recibir una audiencia con la reina del mundo de los muertos. En esta reunión Hermod solicitó a Hel que le permitiera llevarse a Balder de nuevo a Asgard, argumentando que su partida había generado un enorme pesar en los dioses y todas las cosas de la creación que aun lloraban su muerte. Hel quien comprendió lo sucedido, respondió a Hermod que si era cierto que ninguna cosa o criatura viva o muerta podía dañar a Balder y si todos ellos lamentaban su muerte, ella lo dejaría ir siempre y cuando los dioses demostraran que toda la creación en efecto lloraba su pérdida.

Contento por esta luz de esperanza, Hermod se apresuró a ir a Asgard a comentar la exigencia de Hel a sus compañeros, no sin antes recibir de Balder y Nanna el anillo Draupnir y otras joyas que estos deseaban devolver a los dioses luego de su funeral. Cuando llegó a Asgard, Hermod puso al tanto a los dioses y entre todos se encargaron de pedirle a toda la creación que lloraran la muerte de Balder, para poder cumplir con lo pactado y rescatarlo de las manos de Hel. Todos los objetos y seres animados e inanimados aceptaron esta petición, desde los gigantes hasta los seres más minúsculos, sin embargo, un gigante llamado Thoecka se negaba a hacerlo, arguyendo que Balder nunca hizo nada bueno por él en vida y por lo tanto no podía lamentar su deceso. Esto imposibilitó que Balder volviera a la vida, descubriéndose al poco tiempo que Thoecka no era más que una de las trasformaciones de Loki, quien bajo ninguna circunstancia deseaba que Balder volviera a la vida.

El castigo de Loki

La mitología nórdica está marcada por un suceso que establece un antes y un después para su historia, este es el caso de la muerte de Balder a manos de su hermano ciego Höör, después de ser engañado por Loki quien estaba profundamente celoso de la popularidad de Balder. En este sentido, la enemistad de Loki hacia Balder era casi una conclusión obvia si atendemos a la función de cada dios en la mitología nórdica. Por un lado tenemos a Balder dios de la paz, la luz y el perdón, mientras que como su opuesto tenemos a Loki dios del engaño y la maldad, siendo su enemistad una representación a micro escala de la lucha entre el caos y el orden que estaba por empezar. La muerte de Balder, sería pues el punto más bajo de la espiral de decadencia moral que emprendió Loki desde el principio de los tiempos, siendo además el último presagio que auguraba la llegada del Ragnarok. Ahora bien, el asesinato de Balder parece haber ocurrido durante el banquete que los dioses celebraban en el castillo de Ægir, mientras Loki aún permanecía en sus salones profiriendo maldiciones a los dioses. Esto explicaría porque Loki le dijo a Freya que no creía que volvieran a ver a su hijo Balder, luego de que esta le dijera que si su hijo estuviera allí cerraría fácilmente la boca del dios del engaño.

Loki en el banquete del castillo de Ægir
Muerte de Balder

Posteriormente, Loki huyó del banquete y se escondió en las montañas luego de construir una casa con cuatro puertas, con el fin de poder controlar todo lo que pasara a su alrededor. Como medida adicional, Loki decidió convertirse en salmón para esconderse bajo el agua de una cascada llamada Fraananger, esforzándose por adivinar y desviar cualquier plan que los dioses estuvieran fraguando en su contra. Aun así, Odín que podía ver los nueve mundo desde su trono Hlidskjálf descubrió el escondite de Loki, enviando a los dioses en su búsqueda para apresarlo. Loki que sintió la cercanía del peligro tiró al fuego una red de pescar que había construido para poder alimentarse con los peses que capturaba, apresurándose a correr hacia el río para escabullirse en forma de pez y perder a los dioses que lo perseguían.

Cuando los dioses llegaron a casa de Loki la encontraron vacía, pero Kvaser que era reconocido por su gran sabiduría, notó los restos de la red que Loki había arrojado al fuego, deduciendo su función y proponiendo la construcción de una red similar usando como modelo el invento de Loki. Una vez terminada los dioses echaron la red al río donde Loki se escondía en un intento de capturarlo, por lo que el dios del engaño tuvo que saltar por encima de la red para tener la oportunidad de huir en dirección al mar. Inmediatamente los dioses se dividieron en dos grupos para acorralar a Loki, poniéndolo en un predicamento donde solo tenía dos opciones, avanzar hacia el mar abierto o intentar saltar de nuevo por encima de la red. Loki decidió arriesgarse a saltar sobre la red, con la mala suerte de que Thor logró atraparlo con sus manos, pero gracias a la piel resbaladiza que caracteriza a los peses, Loki casi logra escapar de no ser porque Thor tuvo los reflejos suficientes para agarrarlo por la cola. Thor apretaría tanto la cola del salmón que desde entonces esta especie de pez tiene una cola fina y delgada.

Loki y la red de pescar
Thor y el salmón

Una vez capturado, los dioses arrastraron a Loki a una cueva donde colocaron tres rocas puntiagudas a las que les perforaron un agujero, luego de esto aprehendieron también a sus hijos Váli y Narfi, convirtiendo al primero en un lobo quien en esta forma terminó devorando a su hermano. Los dioses no contentos con esto, tomaron los intestinos de Narfi y los usaron para atar a su padre a las rocas que habían preparado. Más tarde, cambiarían estas cuerdas improvisadas por trabas de hierro, permitiendo que el gigante Skadi pusiera una serpiente por encima de Loki, de una forma tal que su veneno goteara poco a poco sobe la cara de este. Aun con toda esta macabra escena, la esposa de Loki nunca optó por abandonarlo, dedicándose a recoger con una copa las gotas del veneno de la serpiente, hasta que esta se llenara por completo y debiera ir a vaciar su contenido. 

Dicho proceso se repetiría una y otra vez hasta la llegada del Ragnarok, donde Loki descargaría su ira contra los dioses. Así, en el lapso de tiempo en que Sigyn vacía la copa llena de veneno, las gotas venenosas de la serpiente caen sobre el rostro de Loki, produciéndole un dolor inimaginable. En su agonía Loki emite tales gritos de horror que hacen temblar violentamente la tierra, produciéndose lo que los humanos llamamos terremotos y haciendo que los geiseres arrojen agua hirviendo. Este castigo condenó a Loki a un largo tormento que solo finalizaría con el Ragnarok, siendo irónico que su captura se haya completado debido a la red que él mismo había inventado. De alguna manera, esta ironía es una reflexión acerca de que la maldad y el crimen de los humanos, es por definición un camino directo a su propia ruina.

Loki es encadenado
Váli devorando a Narfi
Sigyn y Loki

Ragnarok

Antes de comenzar a hablar acerca del Ragnarok, es necesario entender cómo se inserta este mito dentro de la cronología que plantea la edda prosaica de Snorri Sturlurson. En consecuencia, muchos de los poemas que conocemos sobre la mitología nórdica y en especial el Ragnarok, están influidos por la tradición del pensamiento cristiano y en este caso por el relato del apocalipsis, esto hace que en un principio parezca que lo que estamos por narrar ocurre en una temporalidad donde los dioses se encuentran con vida, siendo estos plenamente conscientes de cuál será su final y que papel jugarán en el destino del mundo. No obstante, todas las aventuras, leyendas y acontecimientos que se nos narran en el Ragnarok, pueden ubicarse en una temporalidad donde estos ya pasaron, por lo que la devastación del mundo que aún no ha ocurrido implicaría que los anteriores mitos poseen un carácter atemporal.

En este sentido, la mayoría de las fuentes con que contamos son de un momento donde el mundo nórdico ya había concluido su proceso de cristianización, razón por la cual en estos poemas convive una versión lineal y cíclica de la mitología, proponiendo por ello un orden de los relatos en función de la llegada de la tierra prometida que sigue al caos y destrucción que traería consigo el Ragnarok. Ahora bien, la traducción más acertada de Ragnarok es la ´´condenación de los dioses´´, sirviendo este acontecimiento junta a la muerte de Balder como la única conexión cronológica para una serie de relatos sin un orden temporal estricto. Durante los versos del Ragnarok se nos cuenta cómo será la destrucción del mundo natural, la muerte de la mayoría de dioses y la lucha final entre caos y orden.

Así, el orden está representado por la alianza de Aesir y Vanir, contra el caos encarnado en los ejércitos del gigante de fuego Surt, los gigantes de hielo y los hijos de Loki, incluyendo estos últimos a todos aquellos que habían sido condenados después de su muerte a Helheim. Empero, este no sería el final literal de todo sino el inicio de una nueva tierra, en cuyo seno se habría abandonado la maldad que caracterizó la realidad de su antecesora. Aun con todo, en este nuevo comienzo no se ha eliminado la idea de ciclo y degeneración, ya que esta tierra también podrá estar sometida a un proceso de destrucción una vez las fuerzas opuestas que la compongan se desequilibren.

Ragnarök y la destrucción del cosmos

Luego de la muerte de Balder que presagia el inicio del fin, ocurrirá un atroz invierno llamado Fimbul (el más grande) que opacará a cualquiera que se hubiese visto antes, el cual se extenderá en todas direcciones y lugares de la tierra, precedido por un período de crímenes y terror. Como resultado, el frío robará todo rastro de calor en la tierra durante los tres años que durará, sin que en ningún momento haya una tregua para el verano, esto provocará una cruenta guerra entre todos los seres que habitan el mundo, incentivando que padres luchen contra sus hijos y hermanos se maten entre sí. 

Al mismo tiempo, los hijos de Loki dejaran caer su ira sobre el mundo una vez que la descendencia de Fenrir, Skoll y Hati, devoren al sol y la luna provocando que las estrellas caigan del cielo y se produzcan descomunales terremotos en la tierra. En ese momento, los árboles se pudrirán y se quebrarán, las montañas se partirán en pedazos y las cadenas que oprimían a Fenrir se romperán. Por otro lado, la serpiente del mundo desbordará el océano destruyendo Midgard y pondrá a flote al buque Naglfar (Uña lejana), el cual está hecho de las uñas de los muertos. Esto será aprovechado por Hymir para llevar a los gigantes al campo de batalla desde Jötunheim, cumpliendo de esta manera con lo que está profetizado.

Fimbul (el más grande)
Skoll y Hati persiguiendo a Sól y Máni
Naglfar (Uña lejana) e Hymir

Por su parte, Fenrir abrirá su gigantesco hocico desencadenando un caos inimaginable en el mundo, puesto que su mandíbula superior arrasará el cielo mientras que la inferior hará lo mismo con la tierra, destruyendo en el proceso todo lo que sostiene la bóveda celeste. En cuanto a Jörmundgander, esta arrojará su veneno sobre el cielo y el aire de los nueve mundos, lo que servirá para abrir paso a Surt y su ejército de gigantes de fuego que llegaran a la tierra desde Muspelheim. De esta forma, las tropas de Surt y Loki atravesarán el puente Bifröst destruyéndolo en el proceso, hasta llegar a la llanura de Vígríðr donde se producirá el enfrentamiento final. A ellos se unirá Hymir y los gigantes de escarcha, poniendo en completa alerta a los dioses una vez que Heimdal (dios guardián de la mitología nórdica) toque su cuerno Gjallarhorn avisando sobre la llegada del Ragnarok.

Los dioses Aesir y Vanir rápidamente se reunirán en consejo y Odín visitará la cabeza de Mimir en el pozo de la sabiduría, con el objetivo de recibir su opinión sobre cómo deberían proceder los ejércitos de los dioses. Mientras tanto, el gran fresno Yggdrasil temblará violentamente afectando a todos los mundos, al tiempo que Odín reunirá a todos sus guerreros para marchar desde el Valhalla junto a los dioses. Posteriormente, Odín cargará contra Fenrir chocando su lanza contra las fauces del gran lobo, mientas que Frey retará a Surt a un combate uno contra uno, contando con la desventaja de no tener su espada. Frey había prestado su arma a su sirviente Skirnir con el fin de que sirviera de mensajero en Jötunheim, debido a que deseaba seducir a la gigante Gerð. Avanzada la batalla Thor logrará por fin acabar con su eterno rival Jörmundgander, pero para el lamento de los dioses también perecerá a causa del veneno que esta le arrojó antes de morir.

Algo parecido ocurrirá con Tyr, quien debilitado por la pérdida de su mano a causa de la mordida de Fenrir en el momento en que iba a ser encadenado, terminó sucumbiendo junto al indomable perro de Hel llamado Garm. No obstante, la muerte del padre de todas las cosas devorado por Fenrir será la más lamentable, aunque su hijo Vidar (dios del silencio, la venganza y la justicia) se encargará de vengar la muerte de su padre. Así, Vidar aplastará la mandíbula inferior de Fenrir hasta romperla, gracias a los zapatos mágicos que había conseguido con la ayuda de los humanos, al aportarle estos el cuero que se forma en los dedos de los pies y los talones, el cual sirvió como materia prima para que el dios elaborara su calzado.

Frey contra Surt
Skirnir cortejando a la gigante Gerð
Tyr contra Garm
Thor vs Jörmundgander
Odín devorado por Fenrir
Vidar y Fenrir

Por su parte, Loki se enfrentará a Heimdal usando todos los trucos posibles, logrando asesinarlo pero muriendo también en el enfrentamiento, sin embargo, Surt al conseguir vencer a Frey tendrá el camino despejado para destruirlo todo con su ira y su espada llameante, permitiendo que el océano inunde todo lo que antes era tierra. Aun así, pese a toda la destrucción que se producirá no todo estará perdido, puesto que alrededor del cosmos varias estancias sobrevivirán y servirán de vivienda para los humanos eternamente. Algunas de ellas son Gimlé ubicada en el cielo y donde sus habitantes pueden satisfacer cualquier placer, Sindre que se encuentra sobre las montañas y que servirá de refugio a los humanos buenos y una playa sin nombre donde llegarán los asesinos y malas personas. Como curiosidad las habitaciones de este último lugar siempre mirarán hacia el norte, sus paredes serán serpientes y sus habitantes serán rociados con veneno constantemente.

Ahora bien, sin duda el lugar más espeluznante que seguirá en pie después del Ragnarok será Hvergelmir, debido a que el dragón Nidhogg saciará su apetito royendo los cuerpos de los muertos indignos por siempre. Asimismo, tras el cataclismo algunos dioses sobrevivirán y del océano brotará una tierra virgen y verde, diferenciándose esta en el hecho de que ya no necesitará ser trabajada para producir los cereales necesarios para alimentar a todos sus habitantes. Vidar y Vale los dioses que lograrán mantenerse con vida tras la catástrofe, conseguirán unirse con los hijos de Thor, Magni y Modi, para reconstruir su morada en la llanura de Ida donde anteriormente estaba Asgard. Así, Magni y Modi heredarán el martillo de su padre, adquiriendo con ello el poder necesario para proteger el nuevo mundo.

Heimdal vs Loki
Gimlé y Sindre
Nidhogg alimentándose de los muertos
Vidar, Vale, Magni y Modi

Por otro lado, Balder y Höör revivirán tras la contienda y todos los dioses se reunirán para narrar las hazañas de la última guerra. Igualmente, de las llamas de Surt surgirán dos humanos llamados Lif y Lif-Thraser (vida), encargados de repoblar la tierra con la particularidad de que ahora solo necesitarán el rocío de la mañana para alimentarse. El sol y la luna también se reestablecerán gracias a los hijos de Sól y Mani, quienes relevarán a sus padres en la importante tarea de iniciar el tiempo. Algo particular es que Snorri Sturlurson termina su narración diciéndonos que todo lo que hemos contado fue transmitido por los Aesir al primer rey de Escandinavia Gangleri, quien con todo el conocimiento de la historia del mundo, vio como los dioses desaparecieron sin dejar rastro, dejando la duda de si todo aquello fue en realidad una ilusión.

Sea lo que sea, Gangleri volvería a sus tierras y transmitiría todo lo que le había sido revelado, dando una muestra de cómo la oralidad era el medio de comunicación por excelencia en las sociedades nórdicas, por lo menos hasta que los escribas cristianos recopilaron su tradición por escrito. A su vez, el texto deja claro el carácter cíclico de su narración, por lo que la estabilidad que se consiguió luego del Ragnarok, no implica que no vaya a surgir un nuevo tipo de caos que desemboqué en la destrucción de ese mundo, repitiéndose un ciclo de creación y destrucción que no tiene fin.


Lif y Lif-Thraser (vida)
Gangleri (primer rey de Escandinavia)

Nuevo mundo

Interpretaciones del Ragnarök

A diferencia de otras mitologías como la griega, los nórdicos poseían un mito escatológico que daba un cierre final a su mitología, en comparativa, los griegos creían que sus dioses eran inmortales muy en consonancia con el apego a la vida y sus placeres que prevalecía en las sociedades griegas. En este sentido, encontrar la respuesta para el final de la creación no era una preocupación para los griegos, debido a que los dioses ya eran perfectos para el momento en que su mitología era narrada. Contrariamente, los nórdicos creían que la muerte era la segunda mitad de la vida, por lo que mantener a toda costa una vida que por definición debían devolver a los dioses era innecesario, morir era pues parte del ciclo de la vida y prometía una recompensa o castigo en el otro mundo. La imperfección era pues la base de la mitología nórdica, puesto que todo lo que existía guardaba dentro de sí la semilla de su destrucción.

Recordemos que el origen del cosmos fue el gigante Ymir un ser caótico y vinculado con el desastre, por lo cual su naturaleza fue transmitida a todo aquello que existe, tal y como muestra el hecho de que todas las cosas se desarrollan y pierden fuerza gradualmente hasta consumirse. Los dioses nórdicos no serían ajenos a este proceso, en la medida de que estos pueden ser vencidos cuando diferentes factores terminan por debilitarlos. Algunos casos de esta dinámica de debilitamiento de los dioses, puede ser cuando Frey deslumbrado por la belleza de la gigante Gerd perdió su espada y selló su destino, cuando Tyr sacrificó su mano derecha para encadenar al lobo Fenrir y cuando Balder pereció a causa del descuido y la arrogancia de los dioses, los cuales subestimaron a sus enemigos.

Panteón griego
Panteón nórdico

El Ragnarok es entonces una representación de la imperfección de la naturaleza que puede verse en el núcleo explicativo de todos los mitos, esto significa que la ruptura del delicado equilibrio de la naturaleza puede degenerar en un desastre que acabe con todo sin que los humanos puedan hacer nada para prevenirlo. Basta con ver como los dioses tuvieron que dar un escudo a Sól para que el astro que arrastraba no destrozara el mundo con su calor, pero también puede observarse en las fuerzas naturales que azotan la vida cotidiana de los humanos. En otras palabras, los nórdicos veían en todos estos elementos una lucha constante, bien sea en la tempestad que doblega a los pinos en las cimas de las montañas, en las olas que abaten las rocas sin descanso y en las guerras que emprenden los humanos para asegurar o mejorar sus condiciones de vida.

La realidad del humano como la de la naturaleza era entonces el conflicto, siendo el motor de la historia el resultado que queda cuando una fuerza logra someter a su opuesta e incluso a su semejante. Conquistar y ser sometido era la regla, pues incluso la luz debe luchar incansablemente con las tinieblas y contra sí misma para mantener el mundo con vida. Toda esta guerra externa a los humanos no era más que un símbolo de la continua guerra que marcaba la existencia de las comunidades humanas, bien entre ellas o contra las fuerzas de la naturaleza que amenazan con destruir el orden construido por la humanidad.

No es gratuito el hecho de que los gigantes de hielo sean una representación de las fuerzas de la tierra y el mar que no pueden ser contenidas de manera definitiva por los dioses, siendo también esclarecedor que estos provengan del cuerpo de Ymir continuando su legado de caos. Igualmente, Surt y los gigantes de fuego provienen del mismo lugar donde se forjaron las estrellas, el sol y la luna, guardando el germen que está destinado a destruir aquello que había creado Muspelheim. Loki y su separación de Odín es más de lo mismo al explicarnos que todo mal deriva del bien, al tomar su propio camino gracias al proceso de degeneración que inicia con la creación.

Por su parte, los hijos de Loki son una referencia clara a las fuerzas de la naturaleza, debido a que el océano transmuta en una enorme serpiente que se tragará todo, el fuego cobra vida en Fenrir para consumir el orden, Loki asciende de su cueva como el fuego de un volcán y Hel trae la fría muerte para reforzar la destructividad de los elementos naturales. En consecuencia, Odín es devorado por el fuego terrestre (Fenrir) que tanto había ayudado a desarrollar a las sociedades humanas, mientras que el cielo y el océano luchan por su supremacía en la forma del dios de las nubes Thor y la serpiente de Midgard Jörmundgander, destruyéndose entre sí sin remedio alguno. Todo esto explica la continua referencia a las cadenas en la mitología nórdica, pues la liberación del fuego, el agua, las tinieblas y la muerte, es la fuente última de la destrucción del mundo.

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