Geografía y mitología nórdica
Con el fin de que entendamos un poco cómo la geografía de Escandinavia influyó en la construcción de la mitología nórdica, es necesario realizar una pequeña exposición de sus diferentes regiones. Así, Escandinavia está compuesta por las islas danesas bajas, la península de Jutlandia y la gran península escandinava, estando esta última dividida en dos por una enorme cadena montañosa conocida como la quilla. Ahora bien, en el lado este de esta cadena montañosa encontramos lo que hoy es Suecia, cuyas costas en el Mar Báltico son bastante calmas, posee gran cantidad de tierra fértil y grandes lagos como el Malaren, Vannern y Vattern. Al oeste se encuentra Noruega caracterizada por altas montañas que surgen directamente de la costa, poseyendo además una serie de pequeñas islas en el atlántico. Por último, al sur se encuentra Dinamarca que incluye Jutlandia y diversas islas.
Escandinavia
Alpes escandinavos o ´´la quilla´´
Esta distribución geográfica no es un factor despreciable a la hora de entender la historia nórdica, debido a que incluso los nombres de estos países están relacionados con la cotidianidad y desarrollo histórico de los pueblos que habitaron Escandinavia. Un ejemplo de esto es Noruega que significa el camino del norte o la ruta marítima que sube y baja por la costa; Dinamarca que significa la tierra o marca de los daneses, demarcada por el bosque que los separa de los sajones al sur; y Suecia que significa pueblo de los suiones, separando esta población de otros pueblos de la región. En cuanto al origen de la palabra Escandinavia, aunque los lingüistas no se ponen aun de acuerdo con su significado, existe cierto consenso alrededor de que el término se compone por los vocablos germanos: Skadan (skoda) que significa peligro, daño o amenaza, y aujō (auyun) que se traduce como tierra sobre el agua o isla. En consecuencia, Escandinavia podría significar ´´la tierra rodeada de agua (-aujō) peligrosa (*skadan), se cree que esta denominación se debe a que a lo largo del sur de la península existen numerosos escollos y bancos de arena, los cuales hacían bastante difícil en la antigüedad la navegación por sus aguas para sociedades como la romana.
Escollos
Dunas de arena
Tierras cultivables
Tundra
Período de migración en Europa durante los siglos IV y V
En cuanto a la historia de la región, podemos mencionar que la Edad del hierro germánica que ocurrió entre el 400 y el 800 d.C., periodo en el que se produjo un considerable comercio con el Imperio Romano, se consolidó el alfabeto rúnico que se venía desarrollando desde el siglo I o II y se produjeron los primeros combates con los romanos. No obstante, sería después del año 400 d.C. cuando se presentaron grandes concentraciones de oro y plata en Escandinavia producto del comercio y el saqueo en territorio romano, junto a un aumento en la población que llevó a muchos pueblos a asentarse más allá de Escandinavia en búsqueda de tierras cultivables y otros recursos. Además, en estos siglos se produce El período de las grandes migraciones, debido a los masivos movimientos demográficos que se presentaron alrededor de Europa por parte de tribus germánicas que en su momento marcarían el declive del Imperio romano entre el 300 y 500 d.C.
Casas Largas (30 a 40 metros)
Comercio desde el mundo nórdico. Ruta del ámbar
Baúl recubierto con ámbar.
Algunos de estos pueblos venían muy probablemente de Escandinavia como pueden ser los godos de Suecia, los vándalos de Suecia o Dinamarca y parte de la migración anglosajona a Inglaterra desde Dinamarca. No obstante, la idea de los escandinavos que tenemos en la actualidad está directamente relacionada con la llegada y saqueo de los vikingos al rico monasterio de Lindisfarne en el 793 d.C., momento en el que si bien ya se habían presentado algunas incursiones esporádicas, se convirtió en un hito al presentarse como un ataque directo a la fe católica y a la institución de la Iglesia, factor que les valió ser representados casi exclusivamente como demonios y bárbaros sin más objetivo que la muerte y la destrucción. De allí que la imagen típica de un vikingo que tenemos en la cultura popular sea la de guerreros con cuernos en sus cascos, lo cual los hace lucir mucho más amenazadores y refuerza la idea de que eran bárbaros que atacaban sin razón, más semejantes a demonios que a pueblos comerciantes y exploradores. No obstante, los vikingos no tenían cuernos en sus cascos, siendo estos agregados por los cronistas cristianos influidos por el impacto de los saqueos y ataques relámpago vikingos que sufrieron los territorios cristianos de Europa.
Migración de los vándalos
Migración de los Godos
Saqueo del Monasterio de Lindisfarne en el 793 d.C.
Imagen estereotipada de los vikingos
Además, su sistema de organización también destaca para la época al estar basado en lugares como Islandia en una asamblea donde se resolvían litigios, se renovaban amistades y se establecían relaciones entre los miembros de clan y entre clanes. Esto era muy importante debido a que en Escandinavia escaseaban las grandes ciudades y en lugares como Islandia no había ninguna, razón por la cual la institución de la asamblea y la asamblea nacional que se realizaba anualmente, jugaban el papel de generar coherencia social en las sociedades nórdicas. Lo anterior se debe a que en su mayoría la población nórdica vivía en granjas y el hogar se constituía como la unidad básica del orden social, llegando a tener una importancia tan grande que existían épocas específicas del año donde se prohibía cambiar de hogar al considerarse días inmóviles. Cabe mencionar que cuestiones tan importantes como la ley eran recitadas de memoria cada año por el único funcionario nacional del país que servía como legislador, resaltando la importancia de la oralidad en la vida política y social en estas comunidades.
Thing o asamblea de gobierno en las sociedades de las tribus germanas
¿Qué es la mitología?
Comúnmente cuando hacemos referencia a la palabra mito le atribuimos una definición equivocada, puesto que lo concebimos únicamente como una especie de fábula completamente friccionada. Sin embargo, si atendemos a la definición usada por los historiadores de la religión nos daremos cuenta que el mito es referenciado como una representación en palabras de lo sagrado. A su vez, los antropólogos referencian el término como narrativas que explican cómo se desarrolló la formación de alguna institución o comportamiento social. En otras palabras, el mito tiene un valor intrínseco para las personas que lo componen y para quienes este constituye su idea del mundo. Aquello puede verse incluso en la etimología misma de la palabra mitología, la cual viene del griego mythos (historia del pueblo) y logos (palabra o discurso), por lo que la mitología podría entenderse como la historia hablada de un pueblo.
Ahora bien, lo que es sagrado o verdadero para determinada cultura y el valor que se le atribuye a un mito varia abismalmente de una sociedad a otra, siendo evidente que aquello que para las sociedades nórdicas precristianas tenía un valor histórico, sagrado e identitario, no poseía dichas características para un escriba cristiano dedicado a transcribir la historia y mitología vikinga luego de su conversión al cristianismo. En consecuencia, al día de hoy estar seguros de la esencia sagrada, histórica e identitaria que tenían los mitos de las sociedades nórdicas paganas es difícil, debido a la intervención de los escritores cristianos que se encargaron de llevar a la escritura un conjunto de narrativas basadas en la oralidad.
Para entender esto cabe mencionar mitologías que construimos alrededor de ideas modernas como la nación, donde a pesar de que las naciones no son un hecho natural o transhistórico, siendo por el contrario comunidades imaginadas de una manera completamente subjetiva para dar un sentimiento de identidad a un conjunto de personas, el concepto de nación no es algo imaginario en el sentido de mundos ficticios como Narnia, sino que adquiere materialidad en las instituciones y cotidianidad de las personas que viven bajo la construcción discursiva que es la nación. En este sentido, a pesar de que nadie podría definir a ciencia cierta que es un colombiano o que hace ser a Colombia, Colombia, millones de personas estarían dispuestas a morir y matar por la idea de la nación colombiana.
Algo parecido ocurre con la mitología nórdica, puesto que no podemos concebirla como algo completamente imaginario y sin trasfondo en la realidad, sino que debe ser entendida como una religión en plana regla que rigió en buena medida la vida y cotidianidad de las sociedades nórdicas durante siglos. Entendido esto, el mito surgió en los albores mismos de la humanidad como una visión del mundo, en la búsqueda de dar forma a la dependencia del humano con la naturaleza y a las preocupaciones de este por aquello que esta más allá de su existencia terrenal. No es de extrañar que en muchas mitologías el tiempo no tenga un carácter lineal sino que se adapte a los ciclos de la naturaleza que marcaban la vida de las sociedades humanas, siendo su adaptación a estos ciclos una condición inevitable para que una comunidad lograra sobrevivir.
Dos formas de ver el asenso del alma a la particular idea de cielo de nórdicos y cristianos
Fragmento del capítulo 1 de la serie Vikingos
Fragmento de la película el Imperio del Sol
En consecuencia, se puede decir que los humanos proyectamos sobre la naturaleza nuestros sentimientos, dudas y formas de relacionarnos, cuestión que nos llevó a intentar humanizarla con el fin de personificar aquello que no entendíamos de los fenómenos naturales, en términos que se acercaran a la comprensión que tenemos de nuestra propia imagen y de la forma en que nos organizamos. Este proceso de personificación tuvo varias fases, pues en un principio la relación entre el humano y la naturaleza no requería del misticismo propio de las religiones, en la medida de que las comunidades se relacionaban en su cotidianidad con elementos físicamente palpables como la tierra, el agua, el juego o el aire, y no tanto con seres invisibles o fuerzas del más allá tan propios de la religión. Aquello quiere decir que en los mitos primigenios sus componentes estaban vivos, eran visibles, audibles y palpables, constituyéndose como la fuente misma de la vida. Así, es con la transición de la mitología a la épica cuando se generan divinidades dicotómicas que representan factores positivos o negativos, celestiales o del inframundo, buenos o malos, entre otras fuerzas duales, cuando se pasa a una religiosidad más parecida a lo que entendemos hoy por religión.
Dicho de otra manera, en la mitología primigenia los elementos y fuerzas naturales hacen parte de la vida cotidiana, sin la necesidad de la existencia de dioses que gobiernen o protejan determinadas zonas, puesto que son las fuerzas de la naturaleza las que son sacralizadas, bien sea el Cielo, el Sol, la Lluvia y la Tierra, convirtiéndose estos elementos en los dioses supremos. Es con la complejización de las sociedades humanas cuando la mitología cobra corporeidad en la forma de figuras mitológicas normalmente humanizadas físicamente, o bien dotadas de los estados de ánimo y sentimientos humanos.
Ahora bien, lo que es sagrado o verdadero para determinada cultura y el valor que se le atribuye a un mito varia abismalmente de una sociedad a otra, siendo evidente que aquello que para las sociedades nórdicas precristianas tenía un valor histórico, sagrado e identitario, no poseía dichas características para un escriba cristiano dedicado a transcribir la historia y mitología vikinga luego de su conversión al cristianismo. En consecuencia, al día de hoy estar seguros de la esencia sagrada, histórica e identitaria que tenían los mitos de las sociedades nórdicas paganas es difícil, debido a la intervención de los escritores cristianos que se encargaron de llevar a la escritura un conjunto de narrativas basadas en la oralidad.
Para entender esto cabe mencionar mitologías que construimos alrededor de ideas modernas como la nación, donde a pesar de que las naciones no son un hecho natural o transhistórico, siendo por el contrario comunidades imaginadas de una manera completamente subjetiva para dar un sentimiento de identidad a un conjunto de personas, el concepto de nación no es algo imaginario en el sentido de mundos ficticios como Narnia, sino que adquiere materialidad en las instituciones y cotidianidad de las personas que viven bajo la construcción discursiva que es la nación. En este sentido, a pesar de que nadie podría definir a ciencia cierta que es un colombiano o que hace ser a Colombia, Colombia, millones de personas estarían dispuestas a morir y matar por la idea de la nación colombiana.
Algo parecido ocurre con la mitología nórdica, puesto que no podemos concebirla como algo completamente imaginario y sin trasfondo en la realidad, sino que debe ser entendida como una religión en plana regla que rigió en buena medida la vida y cotidianidad de las sociedades nórdicas durante siglos. Entendido esto, el mito surgió en los albores mismos de la humanidad como una visión del mundo, en la búsqueda de dar forma a la dependencia del humano con la naturaleza y a las preocupaciones de este por aquello que esta más allá de su existencia terrenal. No es de extrañar que en muchas mitologías el tiempo no tenga un carácter lineal sino que se adapte a los ciclos de la naturaleza que marcaban la vida de las sociedades humanas, siendo su adaptación a estos ciclos una condición inevitable para que una comunidad lograra sobrevivir.
Arte rupestre
Dioses antropomorfos de la mitología egipcia
Dioses de la mitología nórdica
En este sentido, la mitología nórdica como el resto de religiones está relacionada con la capacidad de creer en determinados enunciados, los cuales se transmiten a través de la palabra. No obstante, cuando creemos es porque existe la posibilidad de que aquello en lo que creemos sea de una manera diferente al no ser algo evidente, por lo que cuando decimos yo creo en dios, también podríamos decir yo no creo en el dios cristiano, yo creo en Odín o yo creo en Thor, todo esto gracias a un convencimiento netamente subjetivo característico de la mayoría de las creencias. Así, aunque las creencias no tengan una comprobación directa, los creyentes poseen un convencimiento interno de que las cosas son de una u otra manera, predisponiéndose incluso a morir y sobre todo a matar en defensa de sus creencias.
Todo esto nos lleva a un enorme problema al intentar conocer las creencias del otro, debido a que las palabras son profundamente engañosas. Por ello, la difícil relación entre creencia y palabra que no es más que una forma de la dificultad que existe en la relación entre realidad y palabra, crea el espacio requerido para que se construyan los relatos alrededor de la existencia de la magia y aquello que consideramos paranormal, en la medida de que solo cuando se cree en algo es posible experimentar de manera más cercana un fenómeno que se aleja de lo evidente, cobrando estos fenómenos materialidad a través de la palabra.
Para clarificar este punto, basta con pensar acerca de la eterna pregunta de si los lugares, seres y cosas son sagrados por naturaleza o los hacemos sagrados cuando los adoramos. En primera instancia, para aquellos que sean creyentes del carácter sagrado de estos espacios y objetos, la respuesta más obvia sería que su adoración es algo natural debido a que su condición de sagrado supera incluso la aparición del ser humano, sin embargo, para alguien que no haya sido educado en la cultura que codifica algo como sagrado, resultará evidente que la adoración de estos creyentes es completamente subjetiva y que es su creencia lo que convierte al objeto de adoración en algo sagrado, careciendo estos objetos, lugares o seres de un valor intrínseco para este observador externo.
Por poner un ejemplo la adoración a la santa muerte que combina el cristianismo con tradiciones indígenas, genera espacio para la magia en personas que están influidas por una tradición judeocristiana
Para zanjear esta ambigüedad entre creer y decir, los católicos cuentan con un credo y textos sagrados que contienen los principios básicos de cómo se debe vivir la fe cristiana, estando estos al menos en teoría protegidos de cualquier modificación por parte de creyentes poco preparados o intereses particulares. Sin embargo, en el caso de los nórdicos su religión no tenía ninguno de estos elementos, lo cual no impedía que ellos creyeran en la existencia de sus dioses a pesar de las mutaciones que sufrían los mitos con el paso del tiempo, estando convencidos de que se trataba de seres sobrenaturales cuya existencia podía ser favorable o desfavorable para ellos, en función de qué hiciera cada individuo o comunidad por atraer su favor o prevenir su ira por medio de rituales y sacrificios. Una muestra de esta creencia que permitía la interacción entre diferentes concepciones de lo sagrado, puede verse en el momento en que se intentó evangelizar a los nórdicos, para lo cual no se intentó convencer a estos pueblos de que sus dioses no existían sino que no eran los correctos, relacionándolos en muchos casos con demonios, pero a efectos prácticos reconociendo que Odín, Freya, Thor y demás divinidades tradicionales existían, aunque no de la manera en que las sociedades nórdicas los habían visto por siglos.
Torah, Biblia y Corán
Profecías y Proverbios Vikingos en Nórdico Antiguo
Fuente y video completo: Grecia Villar. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=Roio43rO45E
¿Cómo conocemos a los nórdicos?
Los nórdicos siendo una rama de las sociedades germanas aparecen en los escritos de autores griegos y latinos, siendo particularmente importante la descripción de la Hiperbórea griega y la Germania de Tácito en el siglo I. En estas descripciones se privilegia una idea del buen salvaje e incluso los griegos atribuían características de una sociedad superdesarrollada a los pueblos ubicados en el extremo norte de Tracia, los cuales según diversos autores podemos relacionar con Escandinavia. Asimismo, tenemos múltiples fuentes cristianas europeas escritas por misioneros que recogieron en sus escritos las costumbres y creencias paganas, junto a las crónicas del árabe Ibn Fadlan quien pudo presenciar los ritos funerarios de los vikingos suecos en Rusia. Existen también las runas antiguas que contienen información valiosa que puede contrastarse con otras fuentes, pero lamentablemente muchas de ellas contienen información ininteligible.
Asimismo, tenemos múltiples fuentes cristianas europeas escritas por misioneros que recogieron en sus escritos las costumbres y creencias paganas, junto a las crónicas del árabe Ibn Fadlan quien pudo presenciar los ritos funerarios de los vikingos suecos en Rusia. Existen también las runas antiguas que contienen información valiosa que puede contrastarse con otras fuentes, pero lamentablemente muchas de ellas contienen información ininteligible.
Heródoto (484 a. C. a 425 a. C.)
Tácito (55 d. C. a 120 d. C.)
Ibn Fadlan 879 d. C. a 960 d. C.
Del mismo modo, la mitología nórdica es una de las diferentes formas de mitología germánica, siendo esta la más conocida por diferencia gracias a su difusión en la cultura popular, por medio de películas, novelas, estudios, juegos, entre otros elementos culturales. De esta forma tenemos que diferenciar entre lo que solemos llamar el mundo nórdico de Escandinavia, pues esta última incluye a Finlandia y a pueblos como los sámis (lapones), karelios, entre otros grupos cuyo idioma no pertenece a la familia de los lenguajes indoeuropeos. Al mismo tiempo, lo nórdico trasciende la frontera de lo escandinavo al comprender territorios colonizados en lugares tan lejanos como Rusia, la costa de Norteamérica, el reino de Normandía, el este de Gran Bretaña, el reino de Dublín, la península ibérica y el interior del Mediterráneo, los cuales tuvieron una enorme influencia lingüística y cultural nórdica hasta el siglo XVIII.
Alfabeto y piedras rúnicas
No obstante, es en Islandia donde se concentran buena parte de las fuentes escritas que recogen los mitos nórdicos, las cuales datan de unos 200 o 300 años después de la cristianización. Esta isla colonizada en el siglo IX principalmente por noruegos, adoptó en el año 1000 al cristianismo como religión oficial, aunque permitió que individualmente y de manera personal e íntima, cada quien tuviera la libertad de mantener sus propias creencias religiosas. Esta práctica se continuó más o menos hasta el 1056 cuando se nombró al primer obispo de la isla, por lo que cuando comenzaron a registrarse por primera vez los mitos 100 años después de la cristianización, aun muchos de los recuerdos sobre las creencias religiosas paganas se conservaban más o menos fieles a los textos orales antiguos.
Pintura del noruego Ingólfur Arnarson, primer habitante permanente de Islandia (874 d. C.).
Llegada de Olaf Tryggvason a Noruega en el 995 e inicio de la cristianización del país
Esta tendencia a recopilar las creencias paganas en Islandia está relacionada con la necesidad de escribir la historia de las personas prominentes de la isla y sus parientes en Escandinavia, para lo cual referenciar el pasado pagano del mundo nórdico era ineludible. Es particularmente importante el trabajo del islandés Snorri Sturluson quien alrededor del 1220 recopiló el conjunto de ritos, relatos y canciones de temática heroica y mitológica, que aun sobrevivían luego de que se había culminado la evangelización de la isla por decisión del Althing o asamblea anual de los hombres libres de toda Islandia. En su libro denominado Edda, Snorri tiene por objetivo reconstruir una parte del pasado islandés por medio de una serie de mitos paganos, al tiempo que dotaba a los islandeses de un equivalente a las obras latinas de corte mitológico clásico, como pueden ser la Ilíada, la Odisea y la Eneida, las cuales para entonces eran textos bastante reconocidos y estudiados gracias a su valor literario.
A su vez, para entender la religión nórdica contamos con metáforas conocida como kenningar, las cuales detallan las ocupaciones y características de determinados dioses y nos muestran recreaciones literarias de viejas creencias. El problema de estos escritos es que al haber pasado por el filtro de la cultura cristiana es difícil diferenciar lo auténtico de las interpretaciones que hicieron sus escritores, e incluso de las mezclas que se realizaron con otros textos paganos de la antigüedad clásica. Sin embargo, para poder construir y entender estas metáforas los autores debían entender previamente el vocabulario del nórdico antiguo y la mitología pagana, a fin de darle sentido a estos relatos y mantener cierta coherencia con el pasado pagano.
Edda prosaica
Por otro lado, la mitología nórdica comparte elementos comunes con otras religiones de todo el mundo, con las creencias de pueblos de origen indoeuropeo y con las sociedades del norte y noreste de Europa, esto debido a la presencia de relaciones de todo tipo con otras culturas y por preocupaciones comunes a toda o buena parte de la humanidad. Así, encontramos relaciones con creencias de la India, Persia, Roma, Grecia, los celtas, los baltos y los eslavos, por lo cual lo auténticamente nórdico-germánico, no puede entenderse en términos de la ausencia de cualquier similitud con otras religiones de la época, sino que más bien esas relaciones y las condiciones sociales, económicas y geográficas de los pueblos nórdicos, fueron los factores que terminaron por definir su religión independientemente del origen primigenio de cada elemento que constituía la mitología nórdica.
Las similitudes entre religiones se deben pues a que las sociedades primitivas guardan entre sí bastantes similitudes en su organización, problemas a los que se deben enfrentar, preguntas existenciales, entre otros factores que influyen mucho en las respuestas que las comunidades ofrecen para conocer el mundo y su papel en él. Asimismo, el que estos mitos se presenten muchas veces en la forma de cuentos populares que contienen la esencia de lo que quiere explicar el mito, estando estos sometidos a constantes cambios a lo largo de la historia y la transmisión oral de generación en generación, permite que en determinados momentos se incluyan elementos anacrónicos respecto al contexto en el que se produjo el mito, sin que esto deslegitime el objetivo con que este se elaboró originalmente.
Uno de los conceptos que más se repite en muchas mitologías es la existencia de una estancia después de la muerte similar al cielo
Valhalla (mitología nórdica)
Campos Elíseos (mitología griega)
Mictlan (mitología azteca)
En consecuencia, aunque comúnmente pensemos que el pensamiento de una religión debe ser el mismo de principio a fin fundamentándonos en nuestras propias creencias, es necesario preguntarnos si esto sería posible luego de 3000 años de historia. Por poner solo un ejemplo, el cristianismo a pesar de sus intentos de centralización, en solo dos milenios se ha dividido en un elevado número de subramas como la iglesia armenia, copta, etíope, ortodoxa, católica, las diferentes iglesias protestantes y otra gran cantidad de sectas que surgen constantemente. De esta manera, no todos los grupos cristianos comparten los mismos dogmas, interpretaciones de la biblia o rituales, generando sangrientas guerras religiosas en el siglo XVI que se extienden incluso hasta nuestros días. De allí que lo que une a las diferentes formas de cristianismo sea un puñado de creencias básicas bastante abstractas, las cuales no están necesariamente ligadas por una serie de ritos o un tipo particular de sacerdote.
En otras palabras, todas las religiones cambian con el tiempo y lo permanente en ellas es bastante general y comúnmente abstracto, algo mucho más apreciable en la religión nórdica fundamentada en rituales concretos y tradición oral, dinámica que hace que no cuente con dogmas y creencias firmes con las que generar versiones estandarizadas de su religión. Además, la amplia expansión de la cultura nórdica antes de su cristianización, hizo que los nuevos contextos y los enormes contactos culturales y comerciales que se efectuaron con las demás sociedades germanas, eslavas y mediterráneas, desembocaran en profundos cambios estructurales en la sociedades nórdicas que a su vez repercutieron en las creencias de cada territorio colonizado o habitado por pueblos nórdicos.
Dos versiones de las Banshee en el folclore irlandés
Banshee en el norte de Irlanda. Un espíritu sensible que llora la muerte de los mortales
Banshee en el sur de Irlanda. Un espíritu vinculado con la diosa de la guerra y con un carácter tenebroso
Un ejemplo de lo anterior podemos verlo en el cuento/mito acerca del origen de la cebra en el pueblo !Kung que habita en el desierto de Kalahari en Botsuana, Namibia y Angola, quienes son seminómadas y se caracterizan por ser cazadores-recolectores:
El buitre kori hizo un fuego.
En el fuego puso hierros largos.
Utilizó sus grandes alas para dar aire al fuego hasta que los hierros se pusieron al rojo.
Entonces cogió los hierros y marcó el caballo y lo señaló en el costado, es el caballo de la sabana, el que tiene rayas.
El buitre kori lo creó; le hizo esas rayas del costado con fuego.
Como vemos, pese a que la presencia de caballos y hierro no es algo propio de los momentos primigenios de esta cultura cazadora-recolectora, dicho cuento aun representa de manera clara la creación mítica de la cebra, aunque para ello incluya elementos muy posteriores al origen del mito sin que esto haga que pierda su valides. Hay que tener en cuenta que en los mitos de las sociedades antiguas no se hace una diferenciación estricta entre la religión, la historia y el relato, combinando indiscriminadamente cuestiones históricas, míticas y fantasiosas con el objetivo de generar una narración placentera o transmitir determinado mensaje, práctica o conocimiento.
Por su parte, conocemos muy poco de los orígenes antiguos de la mitología nórdica, aunque regularmente se hace referencia al periodo vikingo entre el 790 y el 1100 d.C. para hablar de esta mitología. No obstante, resulta claro que su origen puede rastrearse a momentos pre vikingos de los pueblos nórdicos, especialmente en la época Vendel transcurrida entre el 550 y el 790 d.C., bautizada así por el pueblo sueco donde se han encontrado las primeras huellas de las culturas que más tarde identificamos con el mundo vikingo. Del mismo modo, según muchos expertos los rastros de la mitología nórdica pueden verse incluso centenares de años antes del periodo precristiano, mostrando como prueba de ello que antes del periodo Vendel existe evidencia de una mitología nórdica mucho más agrícola y con predominio de diosas femeninas y vinculadas con el hogar, la cual fue reemplazada por un pensamiento mítico y religioso de carácter guerrero y externo (fuera del hogar), vinculado al orden social del clan y a la interacción entre clanes.
Ahora bien, en este escrito nos centraremos en la mitología del periodo de Vendel y la era vikinga, hasta su abolición tras la cristianización de las sociedades nórdicas que se produjo en el siglo X en Dinamarca, en el siglo XI en Noruega e Islandia y entre el siglo XI y XII en Suecia. Aun así, luego de este proceso de conversión las sociedades nórdicas conservaron elementos paganos que se convirtieron en parte integral de su folclore, lo cual ha permitido la reconstrucción de una neo religión pagana popular en países como Islandia, Noruega, Dinamarca y Suecia, pero aceptada también en países latinoamericanos y España bajo la denominación de la Religión de los Ases.
Edades históricas nórdicas
Se podría decir entonces la religión nórdica no desapareció por completo sino que se adaptó a los tiempos modernos, atrayendo a miles de fieles en diversos países, y adquiriendo un papel que trasciende la mera curiosidad. Cabe aclarar que el neo paganismo e incluso los escritos que nos transmiten hoy la imagen de la religión nórdica, difieren considerablemente de la época en que el paganismo dominaba la vida cotidiana de estos pueblos, en cierta medida debido a que la religión vikinga no era una religión tanto de creencias como de acciones, donde los sacrificios, rituales y lugares sagrados, estaban ligados a una forma de conducirse en la vida que era transmitida por medio de los poemas y otros textos orales que componían la mitología nórdica.
Dada la carencia de un libro que puntualizara su religión, la oralidad cumplía un papel central en la construcción de su mitos, literatura, leyes e historia, por lo que interpretarla se vuelve una tarea descomunal. Pensemos que aunque en el cristianismo, el islam, el judaísmo y el hinduismo, sus rituales y dogmas están descritos en un texto escrito que ayuda a su conservación, las diferencias en su interpretación son tan grandes que terminaron por generar grandes cismas que complejizan su análisis, ahora pensemos en el desafío de reconstruir religiones antiguas cuyas fuentes nos han llegado de manera parcial e incluso manipulada, teniendo que elaborar constantemente hipótesis que rellenen los espacios vacíos devenidos de la falta de información.
Esto ocurre incluso en religiones de las que contamos con mucha información como la griega o la romana, de las cuales sin embargo no tenemos un entendimiento completo de la manera en que se realizaban rituales concretos como las consultas al oráculo de Delfos, o el papel real que tenían determinados mitos en la vida cotidiana de estas sociedades. Además, nuestro conocimiento de la mitología nórdica viene de fuentes muy variadas como textos escritos en inscripciones rúnicas, obras de poetas paganos que declamaban en las cortes del norte de Europa (escaldas), poemas de la era pagana pero transcritos muy posteriormente (Edda) y descripciones en prosa de autores cristianos y letrados.
Oráculo de Delfos
En cuanto a cómo se estructura la mitología nórdica, como muchas otras mitologías sus textos son narrativos y expresados en prosa y verso, empezando con información acerca del origen del cosmos, los dioses y los seres humanos, para continuar con la historia de la destrucción y renacimiento del cosmos debido a una lucha continua entre dos grupos de seres, los dioses (asir) y los gigantes (jotnar). No obstante, la palabra dioses no tiene una connotación en el sentido cristiano, sino que se asemeja más a un grupo con un parentesco extenso de tipo tribal, el cual permite referenciar a un colectivo de deidades vinculadas con la idea de orden. Por su parte, los gigantes ligados al concepto de ruptura del orden y el caos, pese a que en efecto son más altos que los dioses, la palabra jotnar con los que se les denomina, remite más a la idea de un grupo tribal o familia que solo a la idea de gigantes.
Dioses Aesir
Gigantes (Jotun)
A su vez, el mundo en que los asir y los Jotun libran su lucha tiene su propio conjunto de lugares con nombres particulares, pero en la mayoría de casos están tomados del paisaje escandinavo repleto de ríos, montañas, bosques, océanos, tormentas, frio, invierno, águilas, lobos, cuervos, salmones y serpientes. Por ello, para la mitología nórdica son tan importantes los viajes en barco y a caballo, bien por la difícil geografía terrestre de Escandinavia o por el carácter de la cultura marinera de los nórdicos.
Ahora bien, el tiempo en la mitología nórdica se divide en tres periodos:
1. En primera instancia un pasado mítico concebido como la edad dorada donde los asir crearon, dieron orden al mundo y se unieron a otro grupo de dioses llamados los vanir.
2. Posteriormente un presente mítico donde los dioses y los Jotun se baten en una lucha continua por recursos, objetos preciados y especialmente mujeres, en conflictos que podían llegar a incluir a enanos, humanos y elfos. Esta competencia entre dioses y Jotun está marcada por una repetida victoria de los primeros, mostrándose como momentos en que los dioses obtienen algo de los gigantes y momentos donde los gigantes intentan obtener algo de los dioses y su plan es frustrado.
3. Por último, existe un futuro mítico donde el orden del mundo llegará a su final cuando dioses y gigantes se destruyan entre sí y al cosmos mismo, pero generando las bases para el surgimiento de un nuevo orden para el mundo que sería gobernado por una nueva generación de asir.
Los lobos Sköll y Hati
Los cuervos Hugin y Munin
La serpiente del mundo Jörmundgander
El jabalí Gullinbursti
Ahora bien, a la hora de recopilar todos estos relatos la llegada de la Iglesia al norte de Europa fue crucial, en la medida de que con el cristianismo llegó a estas tierras la tecnología del manuscrito, el cual reemplazaría a la escritura rúnica. En este sentido, si bien el alfabeto rúnico era más antiguo, este fue pensado para escribirse de manera horizontal en palos de madera o rocas, siendo estos escritos especialmente difíciles de conservar cuando son plasmados en madera. Esta circunstancia hizo que muchos de los textos nórdicos se perdieran y que la mayoría de los vestigios arqueológicos se conserven en las rocas, lo que hace que los escritos que conocemos sean breves, poco descriptivos y totalmente contrarios a los usos y extensión que permite el acceso a pergaminos o hojas de papel, dada por ejemplo la laboriosidad que implica tallar en la piedra.
Esto hace que casi todas las inscripciones rúnicas sean de carácter utilitario y no contienen mucha información acerca de la mitología, la magia o sus rituales, conteniendo información conmemorativa acerca de quién erigió la piedra, una pequeña biografía de la persona a quien se intenta recordar con las inscripciones tras su muerte y la relación entre el escultor y la persona fallecida. Lo anterior no quiere decir que las runas no pudieran cumplir diversas funciones que hoy no conocemos o que se han perdido, sin embargo, a la hora de contar la perspectiva nórdica del mundo y su historia, la oralidad era el factor más relevante pues toda su cultura estaba codificada y resguardada en la memoria. Esto quiere decir, que en lugar de libros la información se almacenaba en la memoria y se pasaba de una memoria a otra a través del habla, estando por tanto esta información sometida a recurrentes transformaciones dirigidas a atraer diferentes públicos y cubrir las necesidades de ciertos contextos, sin que existiera ningún documento escrito que permitiera comparar la veracidad de las diferentes versiones de un texto.
Entendido esto, los principales textos con los que contamos para conocer la mitología nórdica son:
1. 35 poemas conocidos como Poesía édica, elaborados en Islandia casi todos en el siglo XIII y nombrados así en honor a Snorri Sturluson.
2. En segundo lugar, tenemos el Codex Regius of the Poetic Edda que contiene 31 poemas, todos ellos de un autor desconocido que organizó su texto desde lo mitológico hasta lo heroico de la siguiente manera:
A. Voluspa (Profecía de la vidente): Este poema resume toda la mitología, desde el origen del cosmos, pasando por su destrucción y llegando a su renacimiento. Dicho poema puede considerarse como un poema de Odín puesto que es este quien habla con la vidente que transmite toda la profecía.
B. Havamal (Palabras del Supremo): en este poema al igual que en Vafthrudnismal (Palabras de Vafthrudnir) y Grimnismal (Palabras de Grimnir), se describe como obtiene y aplica Odín su sabiduría.
C. Skfrnismal (Palabras de Skirnir): se centra en Frey y en el viaje que emprende su sirviente Skirnir, quien se dirigió a cortejar a la gigante Gerd.
D. Cuatro poemas más se relacionan con Thor, siendo el primero de ellos Harbardsljod (Canción de Harbard), en el cual Thor y un Odín disfrazado intercambian insultos y anécdotas. Hymiskvida (Poema de Hymir), donde se nos cuenta el viaje de Thor al gigante Hymir y la pesca de la serpiente de Midgard. Lokasenna (Duelo Verbal de Loki), donde Loki insulta a todos los dioses y posteriormente es ahuyentado por Thor. Thrymskvida (El poema de Thrym), que es una parodia en la que Thor se disfraza de Freya con el fin de recupera su martillo de manos del gigante Thrym.
E. Volundarkvida (Poema de Volund) y Alvissmal (Las palabras de todos los sabios), siendo el primero una historia acerca del lore élfico, siendo consideradas estas criaturas como parte de la mitología inferior al no estar relacionados con dioses o gigantes. En cuanto a Alvissmal, este poema relata la historia del enano Alviss quien demandó la mano de la hija de Thor, siendo engañado por este para que luego de estar repitiendo sinónimos toda la noche, se convirtiera en piedra tras recibir la luz del sol.
3. También existe el Codex Regius of the Poetic Edda, el cual nos relata el interrogatorio de Odín a una vidente sobre el destino de Baldr, junto a el poema Rigsthula (Lista rimada de Rig) que habla sobre el origen del orden social humano.
muchas gracias es una exposición muy enriquecedora